Recinto Urbano
Juan Tokeshi, Juan-san, Indiana-san, arquitecto descalzo… tío Juani para una sobrina
Tenía tiempo para todo: Para escribir, leer, dibujar, visitar, trabajar, enseñar, compartir, estudiar... Nunca se le pasaban los cumpleaños y siempre mandaba una jorobita a todos... Hacía amigos con una facilidad increíble: con los doctores, enfermeras, empleados, colegas, nuestros amigos, taxistas, meceros... Y si la gente lo lastimaba, trataba de comprenderlos, perdonaba y seguía adelante.
Reviviendo con Juan Tokeshi
Debido a mis años de trabajo, tengo larga experiencia con las familias de bajos ingresos, sus necesidades y problemas de vivienda. Pero información no es lo mismo que conocimiento y hay algo de mi comprensión que le debo enteramente a Juan Tokeshi Gusukuda o Shirota, José Carlos Mariátegui escribió en sus "Siete Ensayos" que en nuestro país sobran profesores y faltan maestros. Juan era uno de ellos. Poco a poco fui apreciando y gozando esa maestría, lo cual podría llamar la atención de algunas personas, ya que él era varios años menor que yo.
Esa actitud de "monje zen" se hizo más evidente cuando viajamos juntos en el Peace Boat a finales del año 2005, con escalas en Cuba y Panamá. Dos semanas en un gran barco que da la vuelta al mundo con programas de educación y turismo social. Durante su conferencia a bordo del barco lo escuché por primera vez autodefinirse como "arquitecto descalzo", es decir como un arquitecto comprometido con las realidades por dónde camina y "que no puede desprenderse de sus confesiones políticas" como él mismo afirmó.
Para la construcción del mundo de utopías, ciudades, barrios con cronopios y famas, Juan Tokeshi era el "arquitecto descalzo", que define Johan Van Lengen en el Manual o Cantos del Arquitecto Descalzo, el "arquitecto descalzo es la persona que diseña y construye las edificaciones "pequeñas" en una comunidad, o quien dirige a un grupo de personas que han decidido construir juntos una obra más grande para beneficio del pueblo"; postulado que siempre defendió con su práctica y su apuesta como lo señala en la publicación "Arquitecto descalzo, Una apuesta".
Hace casi un año que Juanito dejo estas tierras, quiero pensar que lo ha hecho para recorrer y enseñar en otro lugar en donde lo puedan necesitar; quiero pensar que se fue, porque logró hacer de este lugar en el que todos aún estamos, ese "Otro mundo posible" del cual en más de una ocasión escribió en cuanta tarjeta navideña o de saludos diversos que solía hacer a mano y una por una, con aquella sensibilidad de los que hacen las cosas de corazón.